Estamos en cierre de año, hay que terminar todos los pendientes, todo urge y quedan pocas semanas de trabajo antes de que las posadas, comidas de la oficina, cenas con los amigos llenen nuestra agenda y nos olvidemos por unos días de la vida cotidiana.
Todo el estrés que se genera, aunado a lo melancólico de las fiestas, lo simbólico de la Navidad y la recapitulación obligada en fin de año, nos arroja a una sensación de tristeza que para algunos es de depresión absoluta.
Estás a perfecto tiempo de protegerte, de aliviar los síntomas y pasar unas fiestas maravillosas. No puedes evitar sentirte triste, eufórico, estresado y/o con sentimientos encontrados, pero si puedes hacerlo más llevadero.
Aquí doy recomendaciones nutricionales para sentirse mejor:
Es importante vigilar que el aporte de aminoácidos, vitaminas y minerales sea adecuado porque de ellos depende que se formen neurotransmisores (como la serotonina), responsables en muchos sentidos de la sensación de equilibrio, bienestar y confort mental. También ayudan a evitar sensación de cansancio y fatiga, asociado con sentimientos de tristeza.
Vitamina A: además de dar vitalidad ayuda como protector ante infecciones y desgaste de membranas y mucosas. Contenida en queso, vísceras, mantequilla, huevo, leche, sardinas, zanahorias, espinaca, brócoli, jitomate.
Complejo B: colina (transmisión de impulsos nerviosos para la memoria), B1 (para el buen funcionamiento del sistema nervioso y la actitud mental positiva), B6 (protege el sistema nervioso central) y B12 (optimiza la energía, alivia la irritabilidad y ayuda a la memoria y la concentración). Se obtiene básicamente de carnes, leguminosas y oleaginosas.
Vitamina C: potente antioxidante y pieza fundamental del sistema inmune. Presente en cítricos.
Vitamina D: para la absorción del calcio y fósforo. En productos adicionados, lácteos, huevo y verduras de hoja verde.
Vitamina E: efecto antioxidante y oxigenador celular. Come oleaginosas, aceites y grasas.
Calcio: para control de la sensación de fatiga. En lácteos, huevo, sardina, charal, oleaginosas y verduras verde oscuro.
Hierro: su carencia deriva en anemia, enfermedad que tiene como síntoma clásico la sensación de cansancio y falta de ánimo. El de mejor biodisponibilidad está en la carne y huevo, pero puedes consumirlo también en leguminosas.
Cobre: esencial para la absorción del hierro. En almejas, nueces, aceitunas, camarones, semillas de girasol y chocolate.
Magnesio: su deficiencia produce irritabilidad y depresión. Es tranquilizante y favorece la absorción del calcio. Consume verduras de hoja verde, carne, mariscos, lácteos, frutos secos y oleaginosas.
Triptófano: aminoácido esencial utilizado por el cerebro en la formación de neurotransmisores, inductor natural del sueño (reduciendo la sensación de cansancio y fatiga). De hecho, es el antidepresivo “natural” por excelencia. Reduce ansiedad y tensión. Contenido en productos de origen animal.
Fenilalanina: aminoácido esencial neurotransmisor. Se transforma en el cuerpo en norepinefrina y dopamina (favorecen actividad y vitalidad). Mejora la memoria y da vitalidad.
Además, trata de eliminar de tu dieta, aunque parezca casi imposible, los estimulantes. Si no lo logras por completo, por lo menos modera su consumo. Café, te, refresco, chocolate, alcohol y tabaco. Tampoco hay que consumir azúcar ni sal en exceso.
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